Con la reciente restricción impuesta por las autoridades belgas, a las cajas botín que ha hecho que Blizzard las retire de sus juegos, se ha reabierto el debate sobre ellas. ¿De verdad son tan dañinas para la experiencia del jugador?, desde luego creo que meter cualquier micropago con cierta aleatoriedad en el mismo saco me parece del todo injusto.
Si un juego sólo oferta, dentro de sus ventas internas, añadidos estéticos sin impacto jugable y que no suponen una ventaja sobre los demás jugadores, creo que no hacen ningún daño, menos incluso si éstos ítems se pueden obtener echando horas al juego (si ni siquiera tener que ganar). Mucha gente olvida que las empresas de videojuegos, son eso, empresas y deben obtener dinero para subsistir y seguir produciendo. Con un mercado cada vez más orientado a los servicios y no a la venta de experiencias limitadas a un sólo jugador de una duración determinada, se requiere sacar ingresos hasta de debajo de las piedras.
Otra cosa sería ya el típico Pay To Win que abunda tanto en la atestada de basura Google Play e incluso uno podría pensar de ese modo en juegos de cartas como el Hearthstone, que total que por mucho que uno pueda hacerse un mazo competente con básicas, quien gaste dinero real en sobre, acabará consiguiendo mejores cartas o al menos polvo para crear esas cartas en mazos con mayor sinergia. Pero vamos que si las Magic no fueron prohibidas, tampoco lo debería ser este modelo de negocio aunque fuese digital (siempre que no se desequilibre exageradamente).
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