Normalmente cuando jugábamos a las recreativas de "yo contra el barrio" tipo Street of Rage o Final Fight, era común que algunos de los jefes finales fuera como dos o tres veces el tamaño de nuestro personaje. Así se mostraba más intimidador y justificaba que tuviera una barra de vida kilométrica de mil colores. Sin embargo con la llegada del 3D y los tropocientos polígonos que manejaban las nuevas consolas esto parecía poco y la evolución de esos juegos los hack&slash, todo esto se cambio por un enemigos del tamaño descomunal pero que curiosamente siempre están encerrados de torso para abajo para que no puedan moverse y nosotros podamos acribillarlos. Ejemplos tenemos unos cuantos:
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